Mariana Sofía Scott Valle Grado 4°D
En una tierra mágica, en donde solo vivían seres mágicos como dragones, hadas y sirenas, un día nacieron dos niñas llamadas Lucy y Linda. Eran tan poderosas que sus padres, los reyes de la Tribu Hada, tuvieron que abandonarlas.
- ¿No podrían quedarse las niñas unos años más, por lo menos hasta los cinco años? Así se les podría olvidar un poco lo que pasó. - dijeron el rey Sebastián y la reina al Gran Consejero -
- No, porque podrían destruir el mundo. Respondió el Gran Consejero.
Lo que no sabían ellos era que el hermano del rey, el también rey Miguel, los estaba escuchando.
- No puedo creer que solo porque el consejero les diga vayan a abandonarlas. - Pensó el rey Miguel, hermano del rey -
Esa noche, el hermano del rey Sebastián las llevó a su palacio, en donde las consintió y cuidó de ellas, con su esposa la reina Elena, hasta que cumplieron 14 años.
- "¡Feliz día niñas!", dijo el rey Miguel mientras entraba a la habitación de las hermanas.
- ¡Gracias papá!
Al oír que le habían dicho papá se sintió culpable por no decirles la verdad. “¡No puedo seguir así!” Dijo pensando en voz alta.
- "¿Qué pasó papá?", le preguntó Linda.
- "Yo no soy su verdadero padre", les dijo el rey.
- “¡¿Qué?!” dijeron las princesas mientras el rey Miguel les contaba todo.
- “¡Rey, ya sabemos que haremos!”
- Y… ¿Qué es?
- ¡Buscar a nuestros padres! Ah, por cierto, ¿Dónde están?
- No lo sé.
- ¿Cómo? Es una mentira, ¿no es así?
No, dijo el rey Miguel. La verdad es que al ver que no estaban ustedes ellos se pusieron muy tristes y se fueron a otro palacio y no sé a dónde.
Las princesas Lucy y Linda le creyeron y se fueron a buscar a sus padres. En el camino se encontraron con una sirena herida en la cola y les dijo que su nombre era Carolina.
Las princesas la ayudaron con su magia y ésta decidió acompañarlas. "¿Pero, cómo lo harás?" Le preguntaron las hermanas.
- “Fácil, gracias a mis poderes puedo volverme sirena y humana”. Dijo la sirena.
Juntas siguieron su viaje hasta que encontraron una manada de lobos y trabajaron juntos como un gran equipo y vencieron a los lobos. De repente, se reveló un precioso palacio y al entrar…
- ¡Papá y mamá! Y, ¿Nuestros tíos?, ¿Qué hacen acá? No dejaron que les contara que me las llevé porque no quería que las abandonaran. Y lo sentimos por haberlas abandonado.
- ¡Papá, mamá, el amor todo lo perdona!”
Y fue así como se perdonaron y vivieron muchas aventuras juntos y fueron felices para siempre.
FIN
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