Gabriela Sofía Pinilla Linero
Establecer relaciones sanas entre maestros y estudiantes influye positivamente en su vida escolar y promueve el buen rendimiento académico.
En ocasiones podemos ver que la vida profesional de los maestros suele influir en la vida personal y profesional de muchos estudiantes. La pedagogía que aplican muchos de los docentes de bachillerato genera un impacto de carácter orientador hacia la comunidad estudiantil.
La opinión más generalizada, con la que coincido, es que es importante revisar cómo están compuestas las relaciones entre docentes y estudiantes, debido a que estas influyen en la vida y desempeño de las estudiantes a medida que cursan su bachillerato en nuestra institución. Es importante establecer relaciones fundamentadas en el respeto y la alegría salesiana, para así poder dar resultados positivos desde lo académico, haciendo de esta manera necesario que en los espacios de aprendizaje se tenga la oportunidad de dirigirse hacia los maestros de una manera que inspire confianza, siendo esto un facilitador para lograr el objetivo.
Evidentemente, no es fácil llegar a modificar los métodos empleados por los maestros y pedagogos salesianos con sencillez, ligereza. Es indispensable conocer a profundidad todos los medios que emplean, a su vez reconocer de manera respetuosa su acción dentro y fuera del aula; comparar lo que dice cada una de las partes implicadas en el proceso de enseñanza y aprendizaje; tener una escucha reflexiva sobre el concepto dado a las palabras pronunciadas y las acciones realizadas, que influyen específicamente en el estudiante siendo evidente la preparación que poseen, sus años de estudio y todo los elementos que componen su identidad como maestros formadores de paz.
Sucede que lo cotidiano influye, pero no trasciende cada aprendizaje, ni experiencia vivida para que seamos mujeres del mañana, mujeres de la historia y así poder ser aquello que San Juan Bosco deseó “buenas cristianas y honestas ciudadanas” Sor. Ángela María, (2023).
Son muchos los casos vistos en que la vida personal de los maestros influye en el aula de clases, especialmente cuando la monotonía de la labor les toca las puertas, y ante esta situación hay que hacer aquello que decía Santa Teresa de Jesús “una determinada determinación” debido a que es sumamente importante que nuestros maestros puedan enseñarnos todo aquello que es vital para el vivir, claro, que haciéndonos ciertas salvedades, pero que se sepa establecer una línea de separación entre aquello que puede ser transmitido y lo que definitivamente no fomenta un ambiente de aprendizaje.
La falta de relaciones sanas entre los maestros y los estudiantes nos puede llevar a tener un bajo rendimiento académico, a diferencia de que si éstas son buenas, los resultados académicos tienden a ser más satisfactorios.
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