Ana Victoria Herrera Villarreal, Martha Íñiguez Díaz Granados, Isabella Triviño Lancheros, Sofia Camila Pardo Villadiego.
Una fecha que marcó el hilo histórico de la comunidad de las hijas de María Auxiliadora fue el pasado 3 y 4 de Agosto. La casa normalista se llenó de orgullo al recordar ante toda la comunidad samaria esas
"70 risas, 70 abrazos, 70 historias, 70 gracias sin limites, 70 hilos dorados, 70 ladrillos que construyen día a día la acogida de la luz en un magnífico faro." Las estudiantes, directivos, padres de familia, y por supuesto las Hermanas Salesianas hicieron muestra y presencia del cumplimiento oficial de los 70 años de salesianidad en la Tierra que nos vio nacer y crecer.
Fue evidente la gran importancia que ha adquirido este hecho memorable en la Escuela Normal. Puesto que, la fiesta fue organizada en dos momentos especiales: La “Pre fiesta” o “Pre Gratitud” encaminada en una metáfora de La Luz y desarrollada el pasado Jueves 3 de Agosto en horas de la noche en el plantel educativo como preámbulo a la gran celebración del viernes 4 de Agosto. Este segundo momento, con la participación de todos los estudiantes y docentes se realizó una conmemoración de gracias a las Hermanas Salesianas, mediante una metáfora del Pan y el Artesano que lo prepara, haciendo referencia a la dedicación y maestría que han forjado la Salesianas en la institución a lo largo de 70 años.
Los dos eventos hicieron hincapié en variadas temáticas y compartieron ante todos los samarios el gran papel que cumplen estas maestras de vida, quienes mediante propuestas innovadoras nos mostraron el verdadero significado de la palabra Gratitud. Porque para las normalistas del ayer, el hoy y el mañana, estas mujeres son y serán siempre símbolos del gran amor de Dios expresado en artesanas de la juventud. Así mismo, tal como un espejo, Jesús se refleja en los corazones de las Hermanas Salesianas que se han sentido provocadas a amar de corazón sus mandatos, a servirle y seguirle, dando vida a los pilares del sistema triunfante: Razón, religión y amorevolezza. Ellas se han convertido en guías amorosas, que nutren el corazón y el espíritu de las estudiantes, liberando su potencial y permitiendo que florezcan en su plenitud.
Este 2023, en una noche llena de significado y emotividad, la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora se unió para celebrar una pre fiesta única y especial en honor a los 70 años de presencia salesiana dentro de la institución en Santa Marta. Un hito que resalta el compromiso y la dedicación de la institución hacia la educación integral y la formación de las jóvenes.
Este evento fue un derroche de creatividad y esfuerzo a cargo de Victoria Celeste Arrieta Ardila de IV semestre, quien logró combinar escenas teatrales, bailes y testimonios para dar vida a la metáfora "El Legado de la Luz", la cual constó de los siguientes momentos:
Un vistazo al presente.
El inicio de la creación.
Un templo para la luz, un faro para resguardar.
Las primeras portadoras de la luz.
La paz es luz perenne.
Un carisma que ilumina.
Resistiendo la tormenta.
Un 70 dorado se vislumbra en el cielo.
Desde un vistazo al presente vibrante y lleno de risas, hasta la emocionante creación del faro y las luchas contra las sombras, cada momento resonó con el compromiso de la comunidad por transmitir valores, conocimientos y amor a las generaciones venideras.
Durante el primer acto, se pudo ver cómo niñas y jóvenes compartieron sus pensamientos y experiencias sobre la importancia de la presencia salesiana en sus vidas. El emocionante baile y la canción "Síguele" añadieron un toque de alegría, nostalgia y energía contagiosa a la velada.
La creación del faro, siendo también un elemento icónico de la ciudad de Santa Marta, simbolizando el inicio de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora, fue uno de los momentos más destacados de la noche.
Los pescadores y navegantes unieron fuerzas para construir el faro que representaría la luz y la guía para las futuras generaciones, siendo papel fundamental el de María Auxiliadora como farera y guía espiritual, marcando el inicio de un legado de enseñanza y amor, por el cual, las portadoras de la luz, inspiradas gracias a las enseñanzas de María Auxiliadora y las primeras hermanas, demostraron valentía y perseverancia en su misión de mantener viva la llama del faro (institución), incluso en los momentos más oscuros.
La noche culminó con una expresión de gratitud y reconocimiento hacia todas las personas que han sido parte fundamental de la historia de la institución. Las maestras portadoras de luz, las pioneras, las jóvenes y las estudiantes de bachillerato compartieron palabras de agradecimiento y compromiso con el legado de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora.
La pre fiesta de "El Legado de la Luz" dejó una huella imborrable en los corazones de todos los presentes, recordándoles la importancia de mantener viva la llama de la educación, la fraternidad y el amor en cada rincón de la comunidad educativa, siendo un preludio inspirador de lo que está por venir en los próximos eventos conmemorativos. Esto reafirma el compromiso de la institución con la formación de mujeres líderes y ciudadanas ejemplares, recordándonos a todos que la luz brilla más intensamente cuando se comparte, se protege y se cultiva con dedicación y pasión.
La “fiesta de la mañana” dió inicio a las 6:20 a.m. Todas las estudiantes encargadas de la logística prepararon la cancha central para dar inicio a esta segunda parte de la gratitud hacia las hermanas salesianas.
Las normalistas se organizaron en una hermosa estrella y cada una recibió su debido color de pañoletas para agitarlas al compás de la música. Las hermanas se situaron en el segundo piso de la Institución Normal Superior María Auxiliadora, desde donde se podía observar los hermosos tocados de cada niña y los diversos colores de las partes de la estrella, todas con su uniforme de Educación Física.
Grado sexto llevaba una vincha café con un decorado de dos manos juntas, simulando sostener unas semillas de trigo; las chicas del grado séptimo reflejaban unas manos sembrando las semillas; las de grado octavo vestían una vincha acolchada forrada con cinta de tela verde, y una enredadera de “fique” que simulaba una planta de trigo con sus semillas; el grado noveno, por su parte, llevaba puesto una planta de trigo en forma de unas “alas de ángel”; grado décimo tenía una vincha que en la parte superior se situaban unos hermosos sombreros de paja con lazos azules y ramas de trigo, grado undécimo llevaba unas vinchas con pequeños gorros de chef en miniatura.
Continuando con la celebración, las normalistas interpretaron la canción “La buena aldeana” con sus manos y mucha actitud. Para iniciar la eucaristía las estudiantes del PFC nos representaron una obra de teatro; por consiguiente, se vivió una hermosa misa llena de alegría, carisma y sobre todo, gratitud; durante la eucaristía había momentos de ritmo en los que todas agitaban sus manos, siguiendo los movimientos de las encargadas del Programa de Formación Complementaria que se encontraban vestidas con unos vestidos en tonos blanco, verde y azul, en sus manos tenían pañoletas azules que destacaban cada uno de sus movimientos.
Al terminar la celebración de la misa, se recogieron todas las pañoletas de colores, las chicas de logística comenzaron con la organización del lugar y cada uno de los grados se comenzaron a poner en sus respectivos puestos; Algunas niñas aprovecharon para buscar los elementos que iban utilizar en los bailes, los cuales se estuvieron preparando durante varios días.
Con una hermosa metáfora llamada “La metáfora del Pan", se dio inicio a este homenaje hacia las Hermanas salesianas. Las narradoras del programa iniciaron contando esta historia, comenzaron con “La preparación de la tierra", por consiguiente continúo el baile de grado sexto con unos machetes y herramientas de siembra. Al paso de que terminó este grado, se prosiguió con grado séptimo, el cual representaba “La siembra del trigo", se escuchó la canción “Quiquinmanta Takillakta” mientras las estudiantes bailaban al ritmo de la música con su utensilios de siembra, tales como: palas y rastrillos. Ahora, es tiempo de “La germinación del trigo", las niñas de grado octavo se preparaban para su baile mientras se contaba la historia, hasta que llegó el momento de salir a danzar, todas con una planta de trigo en la mano representaron esta magnífica coreografía. Al terminar este baile, todas cubrieron de sus creaciones la cancha central para que pudiera continuar el grado noveno con “El espigado del trigo", se inició con el baile representativo con bailarinas rodeando las plantas que grado octavo había dejado allí anteriormente, ellas colocaron sus espigas en la punta de la siembra y siguió su presentación. “La recolección del trigo", le correspondió a grado décimo, todas con sus machetes y canastas recolectaron su siembra, esta dejó una gran enseñanza: a partir de la recolección del trigo, el panadero se queda con la satisfacción de lo que ha sembrado. La parte más esperada se acerca; grado undécimo simbolizó “La creación del pan", esta lleva consigo varios procesos, como son: el amasado, la fermentación, la división y el formado; cada uno de estos fué simbolizado, todas las alumnas mientras bailaban llevaban un plato con todo tipo de panes, con distintas formas y maneras de presentación. Después de la creación del pan, este se hornea, el PFC representó el “Horneado", un paso muy importante, ya que se estaría culminando este proceso.
Por otro lado, llegó el momento de la parte más esperada, “La repartición del pan", todos los maestros estuvieron listos en sus puestos; y apenas inició la música empezaron con su esperado baile, muy emocionados aplaudiendo y dando ánimos a esta presentación que estaba por culminar; al terminar esta metáfora, todos los maestros recogieron sus bandejas, y repartieron el pan por toda la institución.
Muchos maestros y estudiantes nostálgicos por lo que habían creado y ver lo bello que había quedado, les salió un llanto de felicidad, la jornada no podía continuar sin las motivadoras palabras de la hermana Mónica Tausa, ella expresó su profundo agradecimiento y nos enseñó el verdadero significado de esa bella fiesta.
Para finalizar esta primera parte de la jornada, las estudiantes del Programa de Formación Complementaria repartieron unos “bolis” a las estudiantes mejor portadas, que seguían instrucciones como, permanecer sentadas esperando su merecido premio. A medida de que se recibía el regalo cada grado se organizó en su lugar correspondiente para realizar el compartir y las actividades planeadas. Mientras tanto todas las hermanas salesianas se organizaron en el teatro para recibir su cena y regalo que cada curso había hecho con cariño y dedicación.
Los regalos obsequiados por las estudiantes incluyeron: cuadernos, rosas eternas, denarios, snacks saludables, veladoras y más detalles.
Por último, para finalizar el momento de la entrega de regalos, la personera Gabriela Pinilla dió sus más profundas palabras de agradecimiento hacia las 13 hermanas, que con su amor y dedicación nos han logrado cultivar para ser unas buenas cristianas y honestas ciudadanas, agradecidas de lo que tienen y que luchan para alcanzar lo que quieren. Y así se dió por terminada, una vez más, con mayor amor y gratitud, esta magnífica e inolvidable fiesta del Gracias en la casa Salesiana.
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